Antes pegaba a su esposa, ahora es golpeado por servir a Jesús

¿Qué mensaje puede tener un creyente en medio de persecución severa como Ahmed para usted y para mí? He aquí sus palabras de aliento:

«Para entender a Dios, debes pasar por el desierto… con el fin de entrar en la Tierra Prometida. Así te vuelves más fuerte pasando por todas estas cosas… Un evangelio que enseñe que no sufriremos es un falso evangelio».

«Comienza con la obediencia. No te enfoques en ser como los héroes de la fe. Simplemente comienza con la obediencia».

 

Ahmed era tipo que pegaba a su esposa! No sólo los jueves, como es la práctica islámica, para echar a los demonios fuera de ella. El pegaba a su esposa severamente varias veces todos los días, ya que, en su mente, se lo merecía. Ella le había dado un hijo discapacitado que no podía moverse. Ahmed estaba enfadado con ella y hasta enojado con Dios – especialmente cuando estaba bajo la influencia del alcohol y las drogas, que era a menudo. Muchas visitas a los Imames, brujas y otros no trajeron ninguna ayuda para su hijo. Y lo peor de todo, su esposa era cristiana y oraba a Jesús. Para completar su humillación traía a otras mujeres a su casa para tener sexo con ellas.

Un día la esposa de Ahmed estaba orando a Jesús y un cuenco le cayó de una estantería en la cabeza! El cuenco había estado colocado en la estantería durante mucho tiempo y nunca se había caído. Él pensó que esto significaba que orar a Jesús estaba mal. Así que golpeó a su esposa y la maldijo a ella y a Jesús por sus problemas. Al salir de la casa, estaba pensando en las palabras que a menudo ella hablaba con él sobre el poder en el nombre de Jesús. Silenciosamente él rezó a Alá, «si eres real, deten esto. Pero si Jesús es más fuerte, yo le seguiré».

Más tarde esa semana su esposa invitó a Ahmed a ir a la iglesia con ella. Por alguna razón desconocida él accedió. Todo el mundo allí era muy alegre y cariñoso. Literalmente, sintió el calor de esa alegría y amor.

La próxima semana, su mujer le invitó a regresar a la iglesia. Ella dijo: «Si no te gusta, yo también voy a dejar de ir!» Ahmed oró en silencio, » Alá, ¿dónde estás? Si no nos ayudas, voy a seguir a Jesús».

Esa semana en la iglesia, el pastor compartió el mensaje del evangelio e hizo un llamado al altar. Ahmed estaba tan abrumado por el poder del Espíritu Santo, que respondió el llamado y dio su vida a Jesús. Desde ese día en adelante él también comenzó a orar por la curación de su hijo. Todos los médicos que les habían visitaAhmeddo habían llegado a la conclusión de que el niño moriría pronto. En un día memorable, el hijo paralizado de Ahmed se arrastró desde el salón hasta la cocina. El médico le preguntó: «¿Qué hizo usted?» Ahmed simplemente respondió: «Oré a Jesús!»

Ahora la oración y la lectura de la Biblia se ha convertido en su vida. Poco después su hijo ya era capaz de sentarse. El doctor estaba sorprendido, pero decía «Él nunca caminará!»

Más tarde, el muchacho comenzó a caminar y camina hasta ahora. Ahmed fue a la mezquita y le dijo al Imam, «Jesús es más fuerte que tú, porque Él sanó a mi hijo y me sanó de mis adicciones al alcohol, el tabaquismo, el sexo y las drogas».

Ahmed comenzó a predicar sobre Jesús dondequiera que iba. Ahora sus amigos musulmanes comenzaron a golpearlo. Perdió su negocio, su casa, sus amigos y su dinero. Sus familiares poderosos le rechazaron y lo persiguieron hasta el punto de sabotear todo en su vida. Lo perdió todo. Fue vendido a Rusia como obrero esclavo, pero escapó y regresó a su casa a Asia Central.

Fue encarcelado cuatro veces. En una ocasión, experimentó ser golpeado por un coche y tener de metal colocado en la pierna. En la cárcel le hicieron quitarse los puntos de sutura con sus propios dedos. Allí también fue golpeado e incluso fue colocado desnudo en una helada celda de hormigón de un sótano. La peor parte de estar en prisión para Ahmed no era la tortura física, sino el hecho de que nadie lo visitaba. Los guardias le decían en repetidas ocasiones, «Nadie te quiere!», Pero él sabía que no era cierto porque un día oyó la voz de Dios diciéndole: «Yo estoy aquí a tu lado!»

Varias veces se le ofreció la libertad si negaba a Cristo. Su respuesta fue: «Voy a servir a Jesús más y voy a orar por ti».

Finalmente, después de salir de prisión por cuarta vez, Ahmed regresó a su esposa e hijos. También volvió a su ministerio entre alcohólicos y drogadictos. Ahora él y su familia viven en la iglesia.

Dado que él sigue ministrando en el nombre de Jesús, a menudo es llamado a la comisaría para ser interrogado. A sus hijos no se les permite ir a la escuela. Tienen maestros que van a la iglesia. Ninguno de los niños vecinos ostensiblemente quieren jugar con sus hijos, pero la esposa de Ahmed les invita a que entren a jugar juntos en secreto.

Entonces, ¿qué mensaje tiene un nuevo creyente como Ahmed de Asia Central para usted y para mí?

He aquí sus palabras de aliento:

«Para entender a Dios, se debe pasar por el desierto… con el fin de entrar en la Tierra Prometida. Y te vuelves más fuerte pasando por todas estas cosas… Un evangelio que enseñe que no sufriremos es un falso evangelio».

«Comienza con la obediencia. No te preocupes por ser como los héroes de la fe. Simplemente comienza con la obediencia!»

Antes pegaba a su esposa, ahora es golpeado por servir a Jesús.

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