BUENAS NOTICIAS EN MEDIO DE LA DESTRUCCION.
Puertas Abiertas ha estado junto a los cristianos en Níger, a raíz de los ataques a las iglesias y la comunidad cristiana en enero.
Los ataques fueron provocados por eventos a miles de millas de distancia: musulmanes extremistas, enojados por la publicación de caricaturas de la revista Charlie Hebdo en París, llevaron su enojo contra la inocente comunidad cristiana en Níger. La masacre que siguió destruyó cerca de 80 de las iglesias del país. Al menos tres cristianos fueron asesinados y muchas propiedades cristianas fueron destruidas, incluyendo 13 escuelas cristianas y centros de formación, un centro de misiones, y varias tiendas cristianas. 50 hogares cristianos fueron saqueados y quemados incluyendo cerca de 18 casas de pastores. UNA CASA QUEMADA DOS VECES Uno de los afectados fue el Pastor Cappo Chichi de la Iglesia del Nazareno en Niameye, la capital de Níger. Tristemente, fue la segunda vez en seis meses que lo había perdido todo. Seis meses antes había estado sirviendo en Diffa, una ciudad fronteriza en el extremo sureste de Níger, cuando un grupo de atacantes de Boko Haram de Nigeria quemó su casa. Con sólo la ropa que llevaba puesta, había sido trasladado a Niamey, cuando, una vez más, él y su esposa e hijos se vieron obligados a huir. Sus vidas se salvaron, pero su casa y la iglesia fueron nuevamente destruidas.

«Apenas me estaba recuperando del ataque en Diffa», dijo. «Mi familia está devastada, aunque esta vez con menos presión. Es como si nos estuviésemos acostumbrando a estas experiencias». Cappo dijo a Puertas Abiertas sobre el efecto en su congregación: «Nuestros miembros han estado tan traumatizados… tienen mucho miedo de venir a la iglesia porque no están seguros si la situación está bajo control. Ellos creen que esas personas podrían volver a atacarlos». Al mismo tiempo, la crisis ha traído una fuerza sorprendente para algunas de sus ovejas:. «Es emocionante ver a algunos miembros hacer un compromiso más fuerte para seguir a Jesús que antes. Algunos han declarado audazmente que es ahora que su cristianismo ha comenzado», explica Cappo. Y su ejemplo ha dado frutos. Muchos musulmanes en Níger no estaban de acuerdo con los ataques contra los cristianos. Algunos trataron de apagar los incendios provocados, otros acomodaron a algunos cristianos que huían en sus casas. Otros más tarde llegaron a pedir disculpas en nombre de los musulmanes en general. «Mi vecino que solía comportarse con dureza hacia nosotros se acercó y me suplicó que no me enojara con él, ya que los que cometieron estos actos no eran verdaderos musulmanes», dijo el pastor Cappo. «A los pocos días llegó a mi casa de nuevo con su esposa a aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador. ¿Quién hubiera esperado que de esta mala situación nuestro pueblo serían tan atrevido a salir a recibir la buena vida!».
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