¿Cómo te sentiste el primer día que entraste a una Iglesia Evangélica?
Nervios, desconfianza, de repente alguien se acercó a saludarte o incluso a darte un abrazo, música, gente gritando y con las manos en alto. Fue sin duda una decisión valiente por tu parte ya que, dar ese paso exigió de ti el abandonar tu zona de confort y abrirte a un mundo nuevo y diferente de lo que tú conoces.
Hoy en día cuando entras a la iglesia, te has convertido en el rey del mambo, saludas a tus hermanos, te sabes todas las canciones e incluso cantas más alto y bonito que todos los demás. Podríamos decir que tu zona de seguridad se ha ampliado, si, ahora sabes hacer mas coas y te sientes seguro en tu nuevo entorno.

Curiosamente cuando se trata de abandonar nuestra zona segura, tendemos a pasar muchísimo miedo, tenemos la sensación de que nunca podremos regresar a ella, esto se aplica a todos los ámbitos de la vida, ya sea Espirituales, sociales, laborales o económicos. Sin embargo la Biblia está llena de ejemplos de personas a las que Dios demandó que dejasen su tierra o su casa para seguirlo a Él. Génesis 12:1 Mateo 19:29
Uno de los cambios mas bruscos a mi entender, fue el que sufrieron los discípulos de Jesús, al comprender que los tres años con su maestro tocaban a su fin, Jesús sería entregado y expuesto en una cruz, esta historia la encontramos en Marcos 8:31-37 ese cambio era algo que Pedro sencillamente no podía aceptar, por eso trató de asustar a Jesús o de convencerlo de que se quedara en la zona de confort (como si Jesús no tuviera ya suficiente lucha sabiendo lo que tenía por delante). Pero este no solo no le hizo caso sino que le regañó como nunca antes lo había hecho durante aquellos tres años con Él.
En los versículos 34-37 Jesús anima a sus discípulos a tomar cada día su cruz (su Carne), Wow!! cada día, esto en la práctica quiere decir, que si en verdad has decidido seguir a Cristo, vas a tener que levantarte cada mañana, cargarte a la espalda al viejo hombre y tomar un día tras otro la decisión de seguir adelante, negándote a ti mismo, ignorando tus derechos fundamentales como dice Pablo con la mirada puesta en la meta.

-Un momento hermano! algo está mal aquí, nadie me dijo que habría que sufrir en el evangelio!! ¿No se supone que el yugo de Cristo es fácil y ligera su carga?.
Permíteme matizar ese verso, en este texto Mateo 11:30 hace referencia a tu pecado, aquel que te condenaba a la muerte sin remisión, el cual Jesús cargó tan pesado como era dejándote completamente libre, pero ahora bien, otra cosa muy diferente es querer andar como Cristo anduvo, eso requiere algo mas, requiere morir cada día y seguirlo.
Es lo que le pasó al joven rico en Marcos 10:17-26 Jesús lo mira con amor, le dice, solo te falta una cosa para ser perfecto, déjalo todo y sígueme.
Permíteme resaltar algo que me llama la atención de esta historia, creo que en sí no se trataba de entregar las riquezas, de hecho da igual que seas rico, o pobre para seguir a Cristo, de lo que aquí se trataba era de donde estaba su corazón, el chico se creía Cristiano y de verdad andaba como un cristiano, pero su corazón estaba en sus posesiones y amando a estas mas que a su propia vida seguramente la perdió, le faltó el valor para abandonar su zona segura o zona de confort y nunca alcanzó la meta aun siendo amado por Dios.
Como conclusión te diré lo que realmente está pidiendo Dios de ti y cual es la recompensa que te espera: Proverbios 3:5-6 Fíate de tu Dios, no te quedes encerrado en ti mismo, atrévete a descubrir el mundo que Dios ha puesto ante tí, corre conmigo esta carrera y recibirás una corona, vestiduras blancas, beber del agua de vida, comer del fruto de la sabiduría, ser columna del templo de Dios, todo esto lo encontraras en los capítulos 2 Y 3 de Apocalipsis yo creo que el premio merece la pena, todo por ir mas allá de ser un «Cristiano corriente». así que por ultimo, te dejo tres preguntas que deberías hacerte hoy mismo:
¿Estoy viviendo en mi zona de confort?
¿Estoy dispuesto a ir mas allá de sus limites?
¿Par quien estoy viviendo?
Un abrazo hermano espero haberte bendecido, si crees que esta palabra puede ser de bendición no dudes en compartirla en tu red social, un abrazo de tu hermano:
Ivan Carra.